Trompetista

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martes, 26 de junio de 2012

Metodología Edwar Willems


METODOLOGÍA EDGAR WILLEMS

Edgar Willems ideó en los años veinte un sistema cuyo punto de partida es la consideración de la Música como lenguaje humano; es decir, está dentro de él, no fuera. Dicha consideración se basa en que los instrumentos sólo producen vibraciones, siendo el oído el que produce el sonido, lo que supone una actividad por parte del ser humano de carácter fisiológico, psicológico, e incluso filosófico.
Para Willems los tres elementos de la Música están íntimamente unidos a tres funciones humanas diferentes: el ritmo, a funciones fisiológicas; la melodía, a la sensibilidad afectiva; y la armonía, a la capacidad mental, a la inteligencia.
Otra de las características de este método es la atención que le presta a la educación auditiva. Considera que en absoluto es un don innato con el que se nace, sino que es posible desarrollar el oído.
El oído musical lo integra en la naturaleza humana, por lo que cabe considerar también un triple aspecto sensorial, afectivo y mental, que se corresponde con oír, escuchar y entender.
Su método, conectado con la Psicología del desarrollo., parte de Dalcroze, al que dedica su libro El oído musical, llamándolo “pionero de la cultura auditiva”.
Da una gran importancia a la iniciación musical en los más pequeños. Parte de las relaciones entre música y ser humano, de sus principios vitales, como la voz o el movimiento.
Edgar Willems fue uno de los precursores de un nuevo enfoque en la educación musical del pasado siglo y se ha convertido, en la actualidad, en uno de los autores de referencia en este campo.
Willems entendió que la educación musical va mucho más allá de la enseñanza del solfeo y del aprendizaje de un instrumento. Para él la educación musical consiste en establecer las bases de una verdadera educación que cultive la armonía en el ser humano a través de la música. Edgar Willems propone una concepción integral de la cultura musical que no sea sólo un añadido a ciertas habilidades más o menos cultivadas, sino que se configure desde la infancia como parte integrante de una personalidad armoniosa. A través de canciones populares, improvisaciones, el dominio de los instrumentos más simples, la explotación de posibilidades expresivas y la liberación de su sentido del ritmo, una buena educación musical permitirá al niño vivir la música de una manera más profunda, conocer la alegría de la creación y concentrar en ella sin inhibiciones las funciones del cuerpo y del pensamiento.
Willems se basa en cuatro grados para llevar a cabo su método:
- El Primer Grado, de iniciación musical, pretende:
a) Hacer nacer, sentir y revelar los fenómenos musicales.
b) Por medio de elementos muy vivos, concretos, variados y adaptados a la edad de los alumnos, desarrollar los elementos pre-musicales y musicales.
c) Despertar el interés el alumno, su receptividad, su adhesión y su participación activa.
d) Respetar y estimular sus iniciativas. Explorar su mimetismo y su actividad (inventiva).
e) Desde el punto de vista psicológico, dar mas importancia al funcionamiento global (sincrético) de la/el niña/o (sobre todo al principio) que a los resultados externos. Desconfiar de las intelectualizaciones, puesto que la meta es vivir, no hacer que se adquieran nociones.
f) Dar importancia al ejemplo dado, en cuanto a la actitud, la calidad de la voz, la pronunciación y los movimientos corporales.
g) Buscar actos precisos y bellos.
- El Segundo Grado, también de iniciación, comprende una serie de principios complementarios y relacionados con el primero.
Se trata de una fase más consciente que introduce asociaciones entre el movimiento pancromático del sonido y los grafismos, que suponen un primer grado de codificación. Lo mismo sucede con los golpes rítmicos, los matices agógicos y los dinámicos.
Se tendrá más exigencia respecto a la afinación y la belleza de las voces, la pronunciación de las palabras en las canciones y la precisión rítmica audio-motriz.
Se desarrollará más la memoria sensorial, motriz y afectiva, así como la conciencia reflexiva. Se reforzará el sentido tonal.
- El Tercer Grado es denominado de pre-solfeo y pre-instrumental. En este estadio, es conveniente vivir cada vez más conscientemente la ordenación de los elementos musicales fundamentales. Las simultaneidades serán vividas primero colectivamente y después en forma individual. El paso de lo concreto a lo abstracto debe realizarse gradualmente.
Se favorecerá la adquisición de automatismos para los nombres de las notas, la calidad de la voz y de la pronunciación. Poco a poco se trabajará en la denominación de los principales fenómenos.
Por medio de improvisaciones rítmicas y melódicas vivas y cada vez más estructuradas, se desarrollarán las facultades creativas y expresivas de los alumnos.
- El Cuarto Grado es el solfeo, o el de alfabetización musical de los niños. Se trata de un programa de educación musical global, con lectura y escritura.
Cada lección puede comprender, bien dosificados, los elementos mencionados y que son complementarios.
Esta diversidad permite la realización de clases vivas, alegres y constructivas.
Sus objetivos son:
- Dotar a la enseñanza musical de raíces profundamente humanas.
- Contribuir a la apertura general y artística de la persona.
- Despertar el amor a la música.
- Desarrollar la sensibilidad auditiva y el sentido rítmico.
- Desarrollar la memoria, la imaginación y la expresión.
- Desarrollar el canto, el solfeo, la práctica instrumental y la armonía.

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